2. Mueva sus peones centrales (e4 o d4) como primer movimiento. Le facilitará la jugabilidad de sus piezas y el temprano desarrollo.
Esta regla en algunos casos es mejor no cumplirla, pero por lo general las jugadas de peones centrales son buenas.
3. Después del desarrollo de sus peones, mueva sus piezas menores: alfiles y caballos. Por lo general
se mueven antes los caballos que los alfiles, pero esta norma, al igual que la número 2, depende de cada partida.
4. En el medio juego de la partida, ante un ataque en el centro la mejor forma de refutarlo es un ataque en el flanco donde tengas la mayoría de piezas.
5. Por norma general el enroque corto es más fuerte que el enroque largo, pero por ejemplo, en aperturas como la Siciliana, se suelen jugar con enroques opuestos, en el que el blanco juega con enroque largo y el negro con corto.
6. En posiciones cerradas los caballos son mejores que los alfiles y en posiciones abiertas al contrario. Al final del juego, suelen decir que es mejor quedarse con caballo y dama, que con alfil y dama, pero esto al igual que la regla número 2 y 3, depende de la partida.
7. Cuando las columnas se abren, lo mejor es ocuparlas con las torres, y si es posible, dóblalas en esa columna abierta.
8. Si tienes una ligera ventaja de material, no dudes en simplificar la posición cambiando piezas; lo que hará que al final de la partida la ventaja sea mayor y las posibilidades de ganar también.
9. En los finales con igualdad de peones y con la posición simplificada, en el 99% de los casos gana el bando que tenga su rey más centralizado; es decir más cerca de las casillas centrales.
10. Por último, no olvide que el ajedrez es como un ejército; todas sus piezas tienen que jugar compaginadas unas con las otras. Aquí también se aplica la frase de “La unión hace la fuerza”.
El tema de jugar con todas las piezas se ve muy bien en las grandiosas partidas del maestro americano Bobby Fischer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario